jueves, 19 de marzo de 2020

Motivadores droide

Hace mucho tiempo, en una Galaxia lejana, tio Owen y su sobrino Luke compraban un par de droides a los infectos jawas, compañía no muy agradable, pero tampoco es que hubiesen muchos otros comerciantes donde escoger, y los jawas además, hacían servicio a domicilio. 

Tio Owen adquirió un dorado droide de protocolo que hablaba lengua bocce, muy útil para programar los humidificadores de su granja de humedad, y un complemento todo-terreno, un droide astromecánico llamado R2 D4... al cual, se le fundieron los motivadores cuando se disponía a seguirlo hacia su granja. Así que tuvo que escoger a otro droide, dejando al averiado R2 D4 fuera de la leyenda. Resumiendo:



La motivación vendría a ser como los pies del coloso... hazlos e barro y no te alcanzará mucha altura. En el curso de gamificación del INTEF que ha dado lugar a este blog, se disecciona con pinzas y escalpelo la motivación, su idiosincrasia y circunstancia. 

Como no quiero ser como R2 D4, ni quedarme fuera de la leyenda, a continuación añado un ejercicio la mar de majo, una infografía sobre los tipos de motivación y sus teorías:



Los humanos, al igual que los droides, podemos tener fundidos los motivadores. Pero a diferencia de ellos, no necesitamos ir al mecánico para que nos los arregle. Hay que hacer algo... diferente. A veces más sencillo, a veces más difícil; si el objeto sobre el cual centrar nuestra motivación nos interesa o nos entra por los ojos... será más fácil. Si nos resulta poco atractivo o no nos interesa en los más mínimo... será más difícil. Claro que siempre podemos usar unos pocos trucos mentales jedi para  potenciar la motivación. Tú, que emprendes el camino hacia un mundo más amplio. Que la Fuerza te acompañe.

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